Luce el sol, aunque hace frío por la mañana temprano en Gárgoles de Abajo. En la plaza humea el chocolate que nos están preparando. Hoy celebramos, por décimo año consecutivo, el recorrido por la Ruta de la Lana. Poco a poco va llegando la gente. Algunos son caras conocidas, para otros es su primera vez.
Luisa nos hace las presentaciones de rigor y enseguida nos ponemos en camino, no sin antes darles un fuerte aplauso a quienes nos han preparado el desayuno. ¡Ese chocolate con bizcochos nos da energía para emprender el camino!
Visitamos y admiramos por dentro y por fuera la iglesia de Gárgoles, que nos sorprende por su tamaño y la simbología de su portada. Calle abajo, camino del Parador, nos detenemos ante la pared de una casa en la que se ve una piedra de toba. Encontraremos muchas como esta hoy, nos dicen. Enfrente, vemos muchas cuevas excavadas en ese tipo de roca. Se vienen utilizando como bodegas desde hace muchos siglos.Todos los vecinos tienen la suya y algunos incluso más de tres.
Ya en El Parador, que así se llama la antigua posada donde se alojó Camilo José Cela y también el paraje junto al puente que cruza el río Cifuentes, Luisa nos habla del origen del Camino de Santiago y de este en concreto llamado "de la Lana", ruta comercial y de peregrinación a la vez.
Por el bonito puente medieval, de esos que llaman de “lomo de asno” por su forma, cruzamos el río Cifuentes y tomamos el camino a Gárgoles de Arriba. A nuestra derecha vemos la chimenea de la vieja fábrica de papel que aún se mantiene en pie.
Por el camino marchamos en animada charla y cuando queremos darnos cuenta ya estamos entrando en Gárgoles de Arriba. ¡Nos os olvidéis de sellar!, nos recuerdan, y mientras Eduardo va poniendo el cuño, Natalia nos habla del uso de la toba en la edificación de la Iglesia. ¡Curioso el chapitel que remata la torre!, señala Luisa. Nos adentramos en el templo y después rodeamos el edificio para contemplar el magnífico ábside románico.
A la salida del pueblo está la fuente. Tiene bien separadas la zona para llenar cántaros y botijos, de la zona del pilón, donde bebían en su día las caballerías.
Al cruzar de nuevo el río Cifuentes vemos el antiguo lavadero de Gárgoles de Arriba, construido con losas en las márgenes del propio cauce, y donde lavaban de rodillas las mujeres y niñas.
Cruzamos la carretera N - 204 y ascendemos por un camino hasta la ermita de San Blas, donde nos cuentan que hubo un convento de monjas dominicas dedicado a este santo, y que no era el conocido San Blas de Armenia, sanador de los males de garganta, sino otro llamado San Blas del Tovar, pero al que también se le atribuye ese poder curativo. El Duque de Lerma, en el siglo XVII, se llevó las reliquias del santo y también a las monjas a su ciudad burgalesa. Muy cerca de Gárgoles de Arriba quedan las ruinas de una villa romana, y Luisa nos muestra fotografías de sus mosaicos.
Llevamos recorrido la mitad del camino. Pronto llegaremos a Cifuentes, donde hacemos un pequeño descanso y nos congregamos de nuevo junto a la Iglesia de El Salvador. Nos ponen el tercer sello mientras nos explican las bellas portadas de este templo, en especial la llamada Puerta de Santiago, ¡una verdadera joya del románico!.
Por la calle de Las Campanas salimos hacia el camino de Moranchel, última etapa de nuestro recorrido. Allí están cocinando unas judías que huelen de maravilla.
Disponemos sillas y mesas junto al bar de Moranchel y nos vamos acercando a recoger las judías. Se agradece un plato caliente en un día frío del otoño. ¡Riquísimas!
Tras la comida, ya no hace frío y hemos repuesto fuerzas para hacer una visita guiada por este pequeño pueblo. Vemos los trampantojos de Asun Vicente, el Pico de la Torre al que algunos se atreven a subir, y su Iglesia dedicada al Dulce Nombre de Jesús.
Nos despedimos hasta pronto ya que en noviembre estamos emplazados para otros dos recorridos: una ruta por los chozos de Ruguilla (el día 4 de noviembre) y otra ruta por el zumaque y la sabina albar en Cifuentes (el día 11 de noviembre). ¡Hasta pronto!
Muchas gracias al Ayuntamiento de Cifuentes por organizar esta actividad y por ofrecer el chocolate en Gárgoles de Abajo y las judías alcarreñas en Moranchel. Y muchas gracias a Luisa y Eduardo por las fotos.