“En abril, aguas mil”, dice el refrán popular. El sábado 25 de abril mirábamos
al cielo desde Gárgoles de Abajo. Cientos de nubarrones grises barruntaban
lluvia y el ánimo se mantenía expectante. A las 9:30, como de costumbre, una veintena de personas comenzamos la visita guiada a Gárgoles
de Abajo. Mientras tanto, seguían llegando más participantes,
y varios voluntarios nos iban calentando el chocolate y preparando café con
leche y bizcochos, por gentileza del Taller de Medio Ambiente de CCOO de
Madrid, que en esta ocasión venían de invitados. También el Ayuntamiento pedáneo,
y los vecinos y vecinas de la localidad, aportaron bollería variada y productos
caseros: Matilde las rosquillas, Cecilio el licor...
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Preparando el chocolate para el desayuno. |
A las 10:30, presentación de la actividad y de los guías,
recomendaciones logísticas, y foto de grupo delante de la casa que fue de Juan Béjar.
¡En marcha! Más de cien personas de todas las edades. Las nubes seguían grises
y amenazantes sobre nuestras cabezas. El campo, de un verde intenso, nos aguardaba salpicado
de flores multicolores.
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Saliendo de Gárgoles, con la ermita de Santa Lucía al fondo. |
En la salida de Gárgoles, comentario sobre Camilo José Cela a
su paso por la localidad en su Viaje a la
Alcarria, el puente medieval sobre el río Cifuentes (que aquí llaman río
Negrillo), la Rubia peregrina, una planta que sirvió para inventar el velcro, y otra que sirve de cicatrizante…
Primera parada en Santa Lucía, una ermita situada a las afueras
de Gárgoles de Abajo, donde Luisa nos narra la historia de la Santa y el origen de la
festividad. Alejandro nos habla de la cicuta, que aquí llaman “perejil de perro”,
y de sus propiedades como purgante... y como veneno.
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Por el Pozanco, algunos agricultores han arado sobre el camino antiguo. |
A partir de aquí, el numeroso grupo se fue estirando por el
camino y se volvió difícil la interdisciplinariedad que tanto nos gusta en
estas jornadas, así que hicimos grupos temáticos (geología, botánica e historia)
en torno a cada uno de los especialistas y según las preferencias. Más de uno de
los participantes sufría porque no quería perderse ninguna explicación y
le fallaba el don de la ubicuidad…
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Agallas y flores en un quejigo, que por aquí llaman roble (Quercus faginea). |
Pasado el primer repecho fuerte y la impresionante panorámica
desde arriba, bajamos una pendiente pronunciada y en una pradera, cual romeros, paramos a descansar y a
tomar un tentempié. Luisa nos habló de “Los Mayos” una interesante tradición que se repite en estas
fechas en los pueblos de la zona. Las vecinas y vecinos de Ruguilla y de Gárgoles de Abajo
nos invitaron a ir a su pueblo a celebrarlos la noche del 30 de abril. Una vez más,
nos gustaría poder ir a cada uno de ellos...
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Descanso y tentempié en la Hoya Somera. |
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En la Hoya Torres también han arado sobre el camino antiguo. |
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Alejandro nos va contando cosas sobre las plantas y restos de animales que vamos viendo. |
Con la energía que proporciona el rato de descanso y avituallamiento, emprendimos de nuevo la marcha por el mosaico de olivares, pinares, prados,
encinas y robles. Subimos la empinada cuesta arriba y en la bajada la tristeza
se apodera del grupo al observar los destrozos causados para la concentración
parcelaria: quemas descontroladas, movimientos de tierra sin sentido, vertidos que bloquean e incluso ciegan el camino
antiguo, marginas destrozadas y muros de piedra seca de facción perfecta reducidos a montonera de piedras…
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Con Gualda a la vista. |
Después, cuesta abajo por el antiguo camino, llaneamos y, por
fin, a lo lejos… ¡Gualda! ¡Ya llegamos! ¡Y qué recibimiento! Estaba previsto
visitar la cueva-bodega de Mariano Bravo, pero para nuestra sorpresa, sus familiares y amigos, vecinos y vecinas de Gualda, nos habían preparado un magnífico aperitivo:
refrescos, vino del lugar, encurtidos y otros productos locales. A más de uno,
el refrigerio le distrajo de entrar en la cueva.
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Buenos vinos se crían en la cueva (bodega) de Mariano en Gualda. |
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Un vino y un aperitivo mientras esperamos a entrar en la cueva por turnos. |
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Participantes de Masegoso, Gualda y Gárgoles de Abajo. |
Las nubes parecían habernos seguido todo el camino y ahí
seguían vigilantes y amenazantes, pero sin decidirse. ¿Se nos estropeará el picnic?
En las mesas del pinar junto a la ermita sacamos las viandas y, como de
costumbre, compartimos comida y charla, vino y canciones, licor y postres.
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Compartiendo los buenos momentos... |
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...es como se fortalecen las amistades. |
Por la tarde, visita a la ermita, que más bien parece
iglesia por el tamaño que tiene. No llueve y, definitivamente, parece que las
nubes han accedido a respetarnos.
Un grupo va a visitar Gualda y la necrópolis altomedieval,
mientras otro se dirige al bar a tomar un café. Los del Taller de Medioambiente
tienen que regresar pronto a Madrid y no se pueden quedar a la visita, pero no
perdonan unas cuantas canciones tradicionales con Enrique y su rabel.
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Cantando coplas al rabel con la melodía de "rabeladas a lo pesao". |
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¡Imposible evitar cantar el "Grándola vila morena" siendo 25 de abril! Un homenaje merecido a la revolución de los claveles y a nuestros hermanos portugueses que supieron liberarse de su dictadura. |
Finalizada la visita del pueblo, ¡todos a cantar y a bailar!
Pilar Villaverde, nuestra coplera oficial, nos regaló unas coplas para la ocasión. Rocío e Isabel se bailaron unas jotas al son de Enrique con la
armónica y el ritmo que marcaba Aniceto. La velada continuó hasta las 8 de la
tarde, cafés y copas de por medio.
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No hace falta mucho para animarse a bailar la jota... |
¡Hasta la próxima jornada de caminos entre pueblos! Será de Val
de San García al despoblado de Arillares y de allí a Cifuentes. No olvidéis nuestra
cita del sábado 30 de mayo.
¡Gracias a Eduardo, Enrique, Fernando, Manuel y Pilar por las fotos!
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