Hoy sábado 23 de junio estamos en
Torrecuadradilla para dar comienzo a la quinta y última jornada de patrimonio del
presente año que nos llevará hasta Val de San García. Empezamos con un magnífico
desayuno que nos ofrecen los vecinos de Torrecuadradilla en su bar: café y bollería
variada para emprender con fuerza el camino. ¡Riquísimo todo! Nos comentan que,
en otros tiempos, el local era utilizado como salón de baile.
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Nada mejor que un buen desayuno para empezar la jornada con energías. |
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Empezamos las presentaciones a la sombra, que el calor ya arrecia. |
La previsión de intenso calor veraniego hace
que algunos participantes habituales se excusen y que hoy no pasemos de
cuarenta personas. Raúl y Luisa hacen las presentaciones de rigor y empezamos
la visita guiada por Torrecuadradilla, acompañados de su alcalde y de varios
vecinos y vecinas que nos van contando cosas de la localidad.
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La iglesia de San Miguel Arcángel mantiene el cementerio adyacente. |
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En la Fuente Nueva rellenamos botellas y cantimploras para el camino. |
Torrecuadradilla fue un pueblo
eminentemente ganadero y maderero, en especial de sabina albar, y también fue
abundante el cereal. Antiguamente, los vecinos recorrían el camino a Cifuentes para
vender la leña recogida en su término, y para comprar lo que se necesitase.
Informada por Aniceta, Luisa nos cuenta
que la iglesia del pueblo está dedicada a San Miguel Arcángel, aunque no se celebra.
En cambio, el patrón es San Gil y su festividad se celebra el 1 de septiembre, junto
con las celebraciones religiosas en torno a la Virgen de la Salud, de la que
tienen dos imágenes, una que se queda en el templo para la exposición y
adoración, y otra que pesa menos y se utiliza en las procesiones. Según Ambrosia,
los mayores del pueblo contaban que el santuario de la Virgen de la Salud que
hoy está en Barbatona había estado con anterioridad en Torrecuadradilla, pero
que un buen día llegaron del Obispado de Sigüenza, se llevaron su Virgen y
la instalaron en Barbatona.
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Fachadas decoradas en Torrecuadradilla. |
Vemos dos casas con pinturas en las
fachadas, una con rosetas y un martillo y una paleta de albañil y la de al lado
simulando columnas. Es posible que el albañil-artista fuera Lorenzo Vicente, el
mismo que pintó también varias fachadas de Val de San García, pues son
similares y las fechas son bastante cercanas. Las gallinas caminan libremente por Torrecuadradilla.
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La Fuente Nueva de Torrecuadradilla. |
La Fuente Nueva está a la entrada del
pueblo y se llama así en contraposición a la Fuente Vieja, que está en el otro
extremo del pueblo. El agua de la Fuente Nueva viene de Los Villares, lugar por
el que luego pasaremos. La fuente tiene unas caras esculpidas que hicieron hace
pocos años a imitación de otras que la fuente tenía antiguamente. El agua sobrante
va al lavadero y de ahí a los huertos. ¡Qué suerte tienen en este pueblo con
los huertos tan cerca de las viviendas! Desde ahí vemos las eras con sus “casillos”
para guardar los aperos, y a lo lejos vemos la ermita de Santa Ana en
ruinas. Nos cuentan que lleva así desde la guerra civil en la que se destruyó.
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Raúl va explicando el porqué de la disposición de las rocas. |
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Mientras sea a la sombra... ¡puede enrollarse lo que quiera! |
Emprendemos el camino y pronto hacemos
paradas para ver las enormes sabinas y la dirección de los pliegues en unas
rocas.Volvemos a parar un poco más adelante y
Raúl, muy didáctico con sus cartulinas y su “power point manual”, nos cuenta en
detalle como se colocaron los estratos y que pasó para que ahora tengamos las
formas de relieve actuales. Nos habla de pliegues y de trenes de pliegues, de
sinclinales y anticlinales, y de antiformas y sinformas. Se oyen unos pájaros y
Fernando nos habla de lo cuco que es el cuco, valga la redundancia, y de otro
pájaro todavía más pícaro, que es el críalo.
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Se empiezan a atisbar algunos repechos de consideración. |
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Algunas de las sabinas del camino son impresionantes. |
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La Fuente de Los Villares llama la atención y calma la sed. |
Ni una nube en el cielo despejado. El sol
calienta bastante. Una fuente con un gran abrevadero nos refresca: es la Fuente
de Los Villares. Muy cerca, hacemos una parada bajo una gran sabina situada al pie de la sierra, conocida como La Sabina Pie la Sierra. A partir de ahí caminamos cuesta arriba hacia los generadores.Varias parideras nos indican que el
ganado tuvo su importancia. Hoy en día se encuentran abandonadas. Los tejados
se hunden y les roban las tejas, en especial si son tejas viejas.
Nos sorprende la frondosa vegetación.
Como ha llovido tanto estos días de atrás, hay flores por doquier. Flor Budia,
bióloga que nos acompaña hoy en la ruta, nos cuenta una cosa muy curiosa de los
gamones: no se podían coger hasta octubre, que se recogían las hojas ya secas,
se cocían y se les daban de comer a los cerdos, pues se tenía la creencia de
que los cerdos que comían gamones daban mejores jamones. También sus raíces
tienen propiedades medicinales.
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Flor nos explica la tradición de cebar a los cerdos con gamón. |
Atravesamos entre los aerogeneradores y llegamos
a una laguna de las que hacían los pastores para que bebiera el ganado. Hoy son
los cazadores los que la mantienen para atraer sus presas. En su entorno vemos una piedra de sal que nos confirma la sospecha.
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La laguna y la piedra de sal atraen las presas a los cazadores. |
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El valle de Val de San García se nos ofrece vistoso. |
Un repecho más y comenzamos la bajada
entre piedras sueltas hasta dar vista a Val de San García. ¡Qué bonito se ve
ahí, en su valle! La caminata va siendo dura, pero el paisaje merece la pena.
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El antiguo camino de herradura que baja al pueblo. |
En Val de San García, como de costumbre,
nos espera Miguel con su miel, queso y también agua fresquita y tinto de verano.
Los vehículos del Ayuntamiento de Cifuentes devuelven a los conductores a
Torrecuadradilla para recoger sus coches. Mientras, los demás nos vamos
acomodando en el Centro Social de Val de San García y vamos sacando aperitivos
y viandas. Tortillas, quesos, jamones, embutido de venado y otros manjares
circulan de mesa en mesa. A los postres, las empanadillas de Eduardo y Luisa, y
esta vez un nuevo postre que ha elaborado Isabel de Ruguilla: unas deliciosas
galletas con coco. Y como remate, el licor de Morillejo, que no podía faltar.
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La tradicional comida compartida, esta vez en el centro social de Val. |
Hace calor y casi no nos atrevemos a
salir a la calle. Por fin, arrancamos y nos vamos con Luisa de visita guiada
por esta pequeña y bonita localidad. La iglesia, dedicada a San Pedro Ad
Vincula, con su barbacana y pequeño atrio.
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La iglesia de San Pedro Ad Vincula (encadenado). |
Cerca hay casas con dinteles esculpidos y
fachadas con decoraciones pintadas. Es un pueblo que sorprende.
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Fachada decorada en Val. |
Bajamos y vemos
el lavadero viejo y también el nuevo. Aquí Isabel nos canta una nana, que
escuchamos con agrado a la sombra y cobijo del pequeño edificio. El agua ya no
mana aquí desde hace mucho.
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El lavadero nuevo en Val. |
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Componemos las coplas que narran nuestra jornada y los avatares del día. |
De vuelta al Centro Social, componemos
unas coplas sobre la jornada de hoy. Echamos de menos a Pilar, de Masegoso, que
suele traer las coplas ya medio hechas. Tampoco está Enrique como profe de
rabel, y de sus alumnas sólo está Luisa, que hoy debuta en solitario. Puedes descargarte
las coplas en PDF en este enlace.
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Animada por sus compañeras, Luisa acompaña las coplas con el rabel. |
Y terminamos, un poco tristes porque las jornadas
de patrimonio de este año acaban hoy, pero pronto nos veremos de nuevo en la
Ruta de La Lana, que como siempre será en octubre.
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Con las rabeladas pretendemos recuperar la tradición. |
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Agradecemos a todas las personas que colaboran con su tiempo, dedicación y esfuerzo para que estas jornadas salgan bien. Al Ayuntamiento de Cifuentes y todo el personal que desinteresadamente se vuelcan en esta actividad. A los alcaldes pedáneos y vecinos de los pueblos del municipio de Cifuentes, así como a los de los pueblos de partida: Masegoso, Solanillos del Extremo, Canredondo, Morillejo y Torrecuadradilla. En esta última jornada estuvieron con los vehículos PENGua José Luís Tenorio, que nos siguió todo
el recorrido, y ya en Val estuvieron además
Tere y Chelis para regresar a los conductores. De Torrecuadradilla damos las gracias a Rafa
Rodrigo, su alcalde, y también a Juan Camacho y a la concejala Juana Camacho,
que prepararon el desayuno y nos acompañaron en la visita
por su pueblo. También damos las gracias a Chus, Aniceta, José Luís,
María Luisa y otros vecinos que fueron nuestros informantes en la
preparación de la visita guiada a esta localidad. De Val damos las
gracias a José Agustín, por su entrevista en la radio y por gestionar que nos abriesen el centro social, y a los "Val-ientes" vecinos que nos recibieron y
nos atendieron en todo momento, facilitando la visita al pueblo. También a Félix, el cura párroco, que nos facilitó la llave de la iglesia. Como siempre, agradecemos su labor a Raúl, a Fernando y a Luisa, que nos ayudaron
a aprender un poco más sobre el entorno natural y cultural de estas
localidades, y a Isabel de Ruguilla que como siempre nos ayuda a
descubrir alguna utilidad de las plantas y nos anima con sus canciones. Agradecemos a Enrique la preparación
y edición del blog, ya que esta vez no pudo venir y se quedó con las ganas de acompañar las coplas con el rabel. Y por último, a los
fotógrafos: Fernando, Eduardo, Mari Paz, José Luis Tenorio y Gaspar.
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