22/06/2014

El camino de Oter a Carrascosa de Tajo


El pasado sábado 21 de junio a las 10:30 de la mañana comenzábamos la quinta y última Jornada de Patrimonio de Cifuentes de este año 2014, desde Oter a Carrascosa de Tajo, las dos pedanías más orientales del municipio, en su mayor parte dentro del Parque Natural del Alto Tajo. El recorrido no fue muy largo, tan solo 5 o 6 kilómetros, pero el solsticio de verano ya había iniciado sus estragos, resultando un día bastante caluroso que, a pesar de todo, mereció la pena. Antes de salir, Luisa nos guio por el pueblo en una visita rápida de sus calles y de la iglesia.

Una interesante inscripción en una de las casas de Oter
El día amaneció fresco y algo nublado, sin previsión de lluvia pero sí de calor. Puntuales y según el horario previsto, más de 70 personas arrancamos en dirección a Carrascosa por el antiguo camino de herradura, hoy recuperado por ser utilizado como sendero de largo recorrido (GR-10) y Camino Natural del Tajo.
Saliendo de Oter después de visitar la iglesia
Tras la primera subida, llegamos a una loma con excelentes panorámicas del Estrecho del Orao, detrás las montañas y valles del Alto Tajo, y a la derecha las Tetas de Viana con su perfil característico. Luisa explicó el posible origen de los topónimos de la zona y también los criterios para la identificación de las vías romanas. Enrique trató de resumir los millones de años previos a la formación de las rocas y relieves que estábamos pisando y viendo, y mencionó el reciente reconocimiento por la UNESCO del Señorío de Molina y el Parque Natural del Alto Tajo como geoparque.

Panorámica hacia el norte una vez cruzado el Barranco de la Hoz de Oter
La senda tiene algunos tramos muy bien cuidados
Continuamos por el bosque de encinas y pinos hasta el cordal principal y cota más alta del recorrido, donde hicimos un descanso y avituallamiento a la sombra de los pinos. A pesar de que Alejandro, nuestro biólogo habitual, no había podido venir, entre unas y otros conseguimos identificar parte de la abundante y variada flora que nos rodeaba: enebros y sabinas, ajedrea y tomillo, pino y encina, abundante romero y también gayuba, espliego, salvia... Todo un festival de olores, y también de texturas y colores en el paisaje.

Parte del grupo, con Carrascosa ya a la vista, y las Tetas de Viana al fondo
Enseguida retomamos el itinerario, bajando hacia Carrascosa, siempre con las Tetas a la vista (evidentemente, nos referimos a las Tetas de Viana como referencia visual...). Una vez abajo, en lugar de entrar directamente al pueblo, dimos un pequeño rodeo para ver la Carrasca de Valdigermo, un impresionante ejemplar de encina milenaria que está bastante deteriorado desde que le cayó un rayo hace unos años. Aquí, Luisa nos habló de la importancia y significación que se le daba a estos grandes árboles en la Celtiberia, con tradiciones que han perdurado hasta nuestros días. Aprender a valorar este patrimonio natural y cultural es uno de los principales objetivos de estas jornadas.

La carrasca milenaria de Carrascosa de Tajo
Desde allí nos introdujimos en el tupido vergel de la vega del Arroyo del Palomar, refugiándonos en su microclima más fresco, donde vimos la conocida como Fuente de Allá Abajo, una de las fuentes que servía de abastecimiento y para el regadío de las huertas. También aprendimos cómo es una de las especies de plantas que buscan refugio en la humedad y frescor de este hábitat: la melisa o toronjil, también conocida como limoncillo, citronela, hierba limón, hierba luna… diferentes nombres vernáculos de Melissa officinalis, una planta aromática y comestible de la familia de las labiadas que se usa para aromatizar el té, condimentar platos, en ensaladas, salsas, sopas, etc., y que por sus propiedades relajantes se usa como infusión tónica y sedante contra la ansiedad y para calmar los nervios y las palpitaciones.

Llegando a Carrascosa, nos fuimos directos a la fuente de la plaza a refrescarnos, pues ya se notaba con fuerza el calor, la sed y cierto cansancio. Mientras los conductores volvían a Oter a por los coches, el resto nos fuimos a una de las cuevas del pueblo utilizadas como bodega donde nos habían preparado un aperitivo y pudimos apreciar el encanto del vino local, la buena mano de Begoña con los boquerones, y las aceitunas de Cifuentes que trajo Enrique.

Aperitivo y merecido descanso al fresco de la cueva de Gerardo
No es la comida ni la bebida, sino más bien la buena compañía...
De allí nos fuimos al centro social para tomar algo de la barra del bar y comer compartiendo nuestras viandas. Tras los postres nos fuimos a visitar la interesante iglesia de Carrascosa guiados por Luisa. De vuelta al local, unos se pusieron con Begoña a hacer "piñas de espliego", mientras otros sacaban instrumentos musicales y letras para una velada más de canciones tradicionales.

Empieza el taller de artesanía con espliego
No parece estar muy convencido...
Pilar había readaptado las coplas de la Jornada de Patrimonio anterior, y las cantaron entre varias entusiastas. Isabel también se lanzó con algunas coplas picantes y jotas, Enrique acompañó algunas canciones con la armónica y el rabel, y Yolanda marcó el ritmo muy hábilmente con las castañuelas. Pero lo que nos dejó a todos impresionados fue la intervención de María que con sus 78 años nos cantó unas jotas con una potencia y una soltura que nos dejó a todos boquiabiertos, causando primero un silencio sobrecogedor y después un fuerte aplauso bien merecido al acabar.

Cantando las coplas que había escrito Pilar

María demostrando lo que es una jota bien cantada
Poco a poco, los participantes en la jornada fueron despidiéndose, y una vez más terminamos la velada hacia las 8 de la tarde. Esta vez, la despedida fue más emotiva, pues con esta jornada se cerraba el programa de 2014, y nos emplazamos hasta el próximo año 2015, en que un nuevo programa nos permitirá conocer nuevos caminos vecinales para que sigan uniendo pueblos y uniendo gentes. Allí nos veremos.

¡Gracias a Eduardo, Pablo y Enrique por las fotos!

Pedro Aguilar también describe esta jornada en su blog y en este otro blog de El Hexágono, Rubén Madrid menciona las jornadas de patrimonio de este año como un ejemplo de buen hacer. ¡Gracias a los dos!

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