El sábado 22 de febrero comenzábamos
en Ruguilla las Jornadas de Patrimonio de este año. Por fin, después de muchos
días de nubes y lluvias, el sol salió para recibirnos. Acudimos a la cita unas
cincuenta personas de todas las edades, procedentes de diferentes lugares de la
provincia de Guadalajara y también de la cercana Comunidad de Madrid. José Luis
Tenorio, alcalde de Cifuentes, y Teresa Sánchez, concejala de Cultura,
estuvieron con nosotros durante todo el recorrido y al final del mismo
transportaron a los conductores a recoger los coches.
Los ruguillanos nos acogieron
estupendamente y nos enseñaron rincones con historia. Nos adentramos en un
laberinto de calles guiados por Carmen Viana, alcaldesa pedánea de la localidad,
y por Fernando de la Roja, Santi para los amigos, que nos habló de la casa de la Inquisición, la cárcel y el
callejón de Sal si Puedes.
Junto a la Picota, coronada de
cruz y cuchillo, en desordenada fila india, comenzamos a recorrer el camino previsto
hacia Gárgoles de Arriba, haciendo paradas para explicar aspectos del patrimonio
natural de la mano de un geólogo, Raúl Gorgues, y de un biólogo, Alejandro
Mediavilla, y también del patrimonio cultural a través de la historiadora
responsable de la Oficina de Turismo de Cifuentes, Luisa Alcázar.
Como en ocasiones anteriores,
contamos con la aportación de
conocimientos y curiosidades de las gentes del lugar y de otros asistentes a la
Jornada. Una mujer que había venido desde Madrid, tradujo un comic que había
conseguido Luisa de unos soldados catalanes que contaban el día a día en la
guerra civil del siglo pasado en tierras cifontinas. Hablamos de Inquisición,
de caminos históricos y de la explotación y utilización de la toba, una extraña
roca tan importante que es reconocida internacionalmente.
Durante seis kilómetros
disfrutamos de la marcha en absoluta camaradería. Las nubes asomaban de vez en
cuando, pero el sol fue el principal protagonista que llenó de calor y color la
jornada. Magnífica vista la de Ruguilla a lo lejos, desde una de las paradas
del camino.
Entre el barro vimos
huellas de animales y Alejandro nos ayudó a interpretar a que especie
pertenecían. Aprendimos curiosidades sobre algunas plantas en su esfuerzo por
sobrevivir, y también descubrimos que algunas plantas “eyaculan”.
A mediodía, como estaba previsto,
ya divisábamos Gargolillos, que es como llaman también a Gárgoles de Arriba, en
el valle del río Cifuentes. Una vez allí, María Recuero, de la Asociación “La
Fragua”, nos guió por el pueblo y nos acompañó
en la visita a la Iglesia.
María nos abrió la bodega de su
familia, una cueva excavada en las tobas y situada en pleno casco urbano. Domingo,
su padre, nos habló de la elaboración
del vino y nos dio a probar de su propia cosecha. Un aperitivo acompañado de aceitunas
locales y variantes que precedió a la comida que compartimos en la misma cueva.
Tortilla española, pimientos fritos, quesos variados, filetes empanados,
galletitas y bollos fueron el sello gastronómico de una Jornada de Patrimonio disfrutada
con los cinco sentidos.
¡Gracias a Fernando Santander y Eduardo Gordillo por las fotos!
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