13/06/2016

El Viaje a la Alcarria a su paso por Cifuentes

El pasado mes de junio, la Oficina de Turismo de Cifuentes ofreció visitas guiadas gratuitas para recorrer y aprender sobre los lugares más emblemáticos del camino que hizo Camilo José Cela a su paso por Cifuentes. Recorrido que luego dio a conocer con su libro Viaje a la Alcarria.

Cartel anunciador de las visitas guiadas.



Los cuatro sábados del mes de junio hemos recorrido con Luisa y “con Camilo José Cela” las calles de Cifuentes. En un alarde de imaginación, nos hemos adentrado en el Cifuentes de 1946, fecha en la que el autor hizo su viaje. Con su relato hemos revivido aquel tiempo, hemos recorrido calles y lugares, hemos “escuchado” a gente que ya no está...

Interior de la iglesia de El Salvador.
Púlpito de alabastro.
Pudimos ver el púlpito de la iglesia de El Salvador, que por cierto es de alabastro y no de jaspe, que en nada se le parece. El barrio judío y la sinagoga. El castillo al fondo de la calle Empedrada. Las tiendas en las que se vendía de todo. La casa de Emeterio Arbeteta, con sus “balcones franceses”. La albardería de “El Rata”, en la que se vendían objetos que hoy en día han quedado obsoletos porque ya no hay caballerías y ha hecho que la tienda haya muerto para siempre.

La calle Empedrada y la sinagoga.
Casa de Emeterio Arbeteta, amigo de Camilo José Cela.
Escuchando las explicaciones.
La balsa, que sigue igual, con los patos, aunque los que vio Cela eran domésticos y bajaban solos a beber. Parece como si el tiempo se hubiera detenido ahí. Pasamos junto al almacén de "Comestibles Finos”, al que Cela no hace alusión, pero que ha quedado como testigo mudo de aquellos años de la posguerra.

La Balsa del molino de Cifuentes.
La tienda de ultramarinos no ha cambiado desde la posguerra.
El camino de la fuente del Piejo y la fuente, quizá una de las más antiguas del pueblo. Con todo ello, el Ayuntamiento de Cifuentes ha querido hacer un pequeño homenaje para conmemorar el setenta aniversario del viaje, aunque el libro vio la luz dos años después.

El Paseo de la Fuente del Piejo, un clásico de las tardes cifontinas...
...y la Fuente del Piejo, de la que hay que beber para poder llegar a viejo.


¡Gracias a Mari Paz y Teresa por las fotos!

03/06/2016

Fuentes y manantiales de Oter

Crónica de la jornada de patrimonio "De fuente a fuente" en el entorno de Oter

Ya es 28 de mayo. Estamos llegando a Oter para celebrar la última Jornada de Patrimonio que este año nos están llevando de “fuente a fuente”. La carretera serpentea, sube y baja. Al final, un amplio valle en el que abajo, pequeño, vemos el pueblo. Hace un día espléndido, soleado a veces y nublado otras, con una temperatura de lo más agradable.

Oter
A las 10:30, tras las presentaciones de rigor y explicaciones de la lógistica de la actividad, Luisa nos habla brevemente de la historia del pueblo y de la toponimia. La raíz etimológica de otero no cuadra mucho, pues al contrario, Oter no se encuentra en un alto, sino en el fondo de un valle.

Explosiones de flores a lo largo de todo el camino...
Emprendemos la marcha por un camino entre flores. Marzo ventoso y abril lluvioso hacen de mayo florido y hermoso. Como dice el refrán, flores por doquier. Alejandro y Meme, que son biólogos, nos van contando sobre las flores. Isabel, participante asidua procedente de la cercana Ruguilla, nos cuenta cómo algunas de ellas se usaban para curar ciertas dolencias.

El Rehoyo es nuestra primera parada y primera dolina. Enrique nos muestra un mapa muy didáctico en el que vemos cómo hace millones de años nuestra Península Ibérica era empujada desde el sur y desde el norte, y como se comprimía y se formaban las cordilleras que hoy vemos. Nos cuenta que estamos ante una dolina activa y Raúl puntualiza que el nombre de Rehoyo es muy adecuado, porque se produjo un hoyo dentro de otro. Primero un colapso para formar una dolina grande, y luego otro colapso menor para formar otra dolina más pequeña dentro.

"La Sima" es actualmente una pequeña dolina de colapso todavía activa.
Segunda parada y segunda dolina. Ésta es conocida como La Sima y es espectacular, con más de cuarenta metros de diámetro. Meme nos cuenta que cuando se produjo, un hombre del pueblo se encontraba muy cerca, labrando sus tierras tranquilamente, cuando oyó un estruendo tremendo y se quedó atónito al ver el enorme socavón que se acababa de formar. En una y en otra, nuestros geólogos Enrique y Raúl nos cuentan que se deben a la disolución de la roca calcárea y nos explican cómo se produce el karst.

Llegando a las Hontecillas.
Luisa explica el origen del término Hontecilla y otros que se suelen dar a las fuentes.
Tercera parada en Las Hontecillas. Meme nos dice que usaban el agua de esta fuente para dar de beber al ganado, pues tiene un sabor muy malo. Enrique nos cuenta de dónde procede el agua. Alejandro nos habla de las plantas asociadas. Una de ellas es el lino silvestre. Isabel lleva una de ellas adornando su escote. Luisa nos habla de que la raiz hont de Hontecilla viene del latín fons/fontis, que significa fuente. De fons pasaría a hon, y en ocasiones, por influencia sefardí, la h se aspira y pasa a jon y a joan, prefijo que a menudo acompaña el nombre de fuentes con el término La Juan. En Oter hay una fuente que se llama La Juan Gordana, pero que no vamos a visitar en esta ocasión porque queda lejos de la ruta prevista. Ya en enero de este año, con la primera jornada de fuente a fuente por Cifuentes, Fuensanta y Angelines nos hablaron del Manantial de la Juan, y de fuentes como La Juan Malena y La Juampudia.

Algo han visto que les llama la atención... ¡Qué panorámica!
Ahora viene lo más duro... De frente, un cerro alto al que hay que subir monte a través. En fila india nos perdemos entre aliagas, enebros, romeros, sabinas y jaguarzo. En un pispás ya estamos arriba. Algunos no podemos creérnoslo, pero hemos alcanzado la cima. Estamos en El Alto de la Tasuguera (1.025 m) y nos asomamos al mirador para ver la panorámica, las dos dolinas que vimos al principio, y la fuente que acabamos de visitar. A la izquierda, el pueblo de Oter, que parece un monasterio en medio del valle. ¡Precioso todo, mires hacia donde mires! ¡Se nota que estamos en el Parque Natural del Alto Tajo! Luisa nos cuenta que Oter es una localidad pequeña que nunca alcanzó el rango de villa, sino que figura como lugar en el Catastro de Ensenada de mediados del siglo XVIII, dentro del término del vecino pueblo de Carrascosa de Tajo. Nos cuentan que un tasugo es como en estas tierras llaman al tejón, un animal que ahora está protegido, pero que en la posguerra más de uno lo cazaba para poder comer.

Unas fotos de familia junto al mirador de la Peña de la Tasuguera.

La Sima desde La Tasuguera.
Emprendemos la bajada y por el camino hacia Valtablado del Río llegamos a la Fuente de la Cantera. El manantial queda un poco más arriba, como nos cuenta Meme, pero hace unos diez años fue canalizado y se construyó la fuente actual. Está documentado en el Catastro de Ensenada que allí hubo un horno de miera, que es un aceite esencial que se sacaba del enebro de la miera (Juniperus oxycedrus) que se usaba para untar las heridas de los animales y que no se infectasen por la entrada de insectos. Meme nos cuenta que el agua de esta fuente cortaba la diarrea y que un poco más abajo está la Fuente de los Enfermos, a la que también atribuían poderes curativos.

Al llegar a la Fuente de la Cantera, hay quien no pudo soportar la tentación de tumbarse al sol...
De la cantera de arriba sacaron roca para los sillares de la iglesia.
Bordeando el pueblo de Oter junto a los huertos, seguimos la ruta hacia el sur. Hay más fuentes que no vamos a visitar porque vamos un poco apretados de tiempo.

Junto a la Fuente de Arriba y el lavadero.



Llegamos al lavadero, con su Fuente de Arriba y su Fuente de Abajo. Meme nos contó que, en realidad, la Fuente de Arriba antes se llamaba simplemente La Fuente, y que lo de Arriba se lo pusieron cuando se construyó al lado la de Abajo, que recoge el agua sobrante de la anterior. ¡Aquí se recicla y aprovecha todo! ¡No se desperdicia ni una gota de agua! El agua que llega a las casas del pueblo es la de esta fuente. El lavadero fue construido en los años sesenta y se encuentra en buen estado. Las losas brillan por el pulido que les ha dado el uso.

En el lavadero, Meme nos cuenta anécdotas y costumbres de las mujeres que lo usaban.
Las aguas fecales del pueblo pasan un poco más abajo, y hace unos años se produjo un hundimiento del terreno por colapso de alguna cavidad kárstica, por donde ahora se pierden estas aguas. Raúl nos cuenta que es necesario subsanar la situación por el peligro que entraña, no sólo de que se siga hundiendo, sino de que las aguas fecales puedan afectar al acuífero que abastece a las fuentes, pudiendo llegar a mezclarse con las aguas limpias.

Alejandro explica el sistema de supervivencia de los renacuajos.
Seguimos la marcha hacia el llamado Orinal de la Zorra, intrigados por tan original topónimo. En medio del camino una charca nos llama la atención. Está llena de redondeles y de renacuajos. Alejandro nos cuenta que, cuando la charca es somera, estos animalillos se entierran en el fondo limoso, formando esos redondeles que vemos, con el objetivo de tener humedad y poder sobrevivir más tiempo hasta que caiga otra lluvia.

Raúl nos cuenta el probable origen del colapso del sumidero y su relación con la evolución del valle de Oter.
Hay una gran roca a la derecha del camino a la que llaman La Peña Carrascosa porque por aquí se va a dicho pueblo. Según nuestros geólogos, es difícil distinguir a simple vista si es una dolomía o una caliza. Trepamos todo el grupo porque en ella está lo que buscamos: El Orinal de la Zorra, un agujero del tamaño de ese recipiente que todos conocemos, que cuando llueve se llena de agua y adquiere un color como el de la orina. Lo de la zorra es porque son frecuentes en el entorno y quizás alguien vería una en la peña...

Aspecto del Orinal de la Zorra a mediados de Mayo, justo después de las lluvias.
Otra foto de familia junto al "Orinal de la Zorra".


Nos quedaba la Fuente del Lagarto, pero ya no vamos porque Dori y Venancio nos esperan en el bar del pueblo y ya nos vamos retrasando. Una vez llegados, sacamos nuestras viandas, nos distribuimos en varias mesas dentro y fuera del local, y como siempre las tortillas, aceitunas y vinos viajan de un lado a otro. Esta vez probamos cuatro variedades: de patata, de boletus, de cebolla y de ajo. No faltó el queso de Oter, un queso artesanal que Dori elabora con leche de sus cabras.

Como ya es tradición, Eduardo nos trajo a probar sus empanadillas y licores.
Tras el ágape, llegan las coplas. Pilar ya trae una parte hecha, y con la ayuda de Enrique y Luisa completan más estrofas. En un periquete ya están listas. ¡A cantarlas! Enrique saca su instrumento y entonamos. Puedes bajarte el PDF con las coplas en este enlace.

Sobre la base de las coplas iniciadas por Pilar, continuamos componiendo entre todos.
La armónica espera, mientras Pilar se asegura de que todos los versos sean octosílabos.
Cantando las coplas que acabamos de escribir.
Al momento llega Tito, un excelente músico de Oter que se anima y trae su violín, Inés le acompaña a la guitarra, Enrique a la armónica, y tocan y cantan rabeladas, jotas y otras canciones de las que han mantenido las rondas en los pueblos de la zona.


Inés a la guitarra, Enrique a la armónica y Tito al violín... ¡Una velada musical de lujo!
Tito nos dejó embelesados.
Tras la velada, algunos se despiden y otros nos quedamos para visitar la cueva de Tito y Meme, donde el vino aún guarda el sabor de antaño.

¡Nos vemos en 2017, en las próximas jornadas de patrimonio de fuente a fuente!

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En este enlace puedes bajarte la imagen JPG (~3 Mb) con el itinerario de fuente a fuente en Oter indicado sobre el mapa topográfico. En este otro enlace puedes ver la ruta en Google Earth, y en este otro enlace puedes descargártela en formato para GPS.

Muchas gracias a Eduardo, Enrique, Fernando, Inés y Luisa por las fotos que han aportado para esta entrada del blog. Inés también ha subido su reportaje fotográfico en este enlace.